↪ Esta cómoda senda cuenta con una longitud de cuatro kilómetros
Programa:
Señalizada como PR-AS-36, esta espectacular senda, que une La Pereda con el especialmente hermoso valle de Frechura, discurre sobre la plataforma del antiguo ferrocarril minero que transportaba el carbón procedente de las minas de los concejos de Riosa y Morcín hasta el basculador situado al comienzo de aquel pueblo. Dicha labor era llevada a cabo por medio de dos potentes locomotoras a vapor conocidas por los nombres de “La Foz” y “Loredo”, que prestaron servicio desde 1921 hasta 1969, año en que cesó la actividad.
Se trata de una cómoda vía verde, bastante transitada, con una inapreciable pendiente y 4 km de longitud, que fue posible gracias a la iniciativa de la Asociación de Vecinos de Lloreo “La Güertiquina” y a la respuesta positiva (financiación y ejecución) que la misma tuvo en la Administración (Gobierno del Principado y Ayuntamiento de Mieres). Basándose en su gran y variado atractivo, la lloreana Asociación Cultural “Los Averinos” la promociona a través de esta Marcha anual de finales de mayo.
Tiene su inicio en las proximidades de los apeaderos de Feve y RENFE, en La Pereda, pueblo de Mieres (concejo o municipio perteneciente a la comunidad autónoma del Principado de Asturias). En este mismo lugar existe una amplia zona donde pueden estacionar el vehículo quienes decidan utilizar este medio de transporte.
El primer tramo discurre por lo que antaño fue el enlace de las instalaciones mineras con los ferrocarriles Norte y Vasco-Asturiano y la playa de vías en la que se realizaban las maniobras para sacar el carbón de los cargaderos y, además, descargar los materiales necesarios para el funcionamiento de las minas y otras instalaciones relacionadas con el sector (talleres, baterías de cok, economato, sierra de madera, etc.). Hay que destacar que por aquellos años este enlace ya contaba con un tercer carril, el cual facilitaba la entrada y salida de los trenes con distinto ancho. Una vez dejado atrás este primer tramo y, después de salvar un pequeño repecho, la senda llega al lugar denominado El Costón; aquí también hubo una amplia playa vial con un doble cometido: permitir la maniobra de los trenes cargados del carbón proveniente de las minas y proceder a bascularlos. Igualmente, en esta zona nos encontramos con un holgado espacio donde poder aparcar los vehículos. Unos 490 metros más adelante está un caserío propiamente asturiano, el de La Fenosa, en el que se puede contemplar un longevo “texu” (árbol sagrado para los celtas). Poco después nos topamos con el túnel nº 1 (41,77 m de largo), que muestra una inscripción con la fecha de entrada en servicio de esta línea férrea. A pocos metros de él se halla un interesante paso elevado, singular por ser oblicuo, que presta servicio a las fincas colindantes. Estamos ya a la altura de otro caserío, conocido como El Setal. A partir de él esta vía verde se adentra en una frondosa masa forestal, con numerosas especies autóctonas. Tras recorrer unos 550 metros, se llega al lugar conocido como Los Averinos –del que toma su nombre la muy dinámica asociación cultural local, organizadora de esta exitosa Marcha–, ya en el precioso y típico pueblo asturiano de Lloreo –perteneciente al concejo de Mieres–, que acoge las principales obras de fábrica del antiguo ferrocarril minero, auténticas joyas de la arqueología industrial, la mayoría de impresionante factura. Desde aquí se tiene una privilegiada vista de parte del citado núcleo rural.
Una vez rebasada esta zona, la senda entra en una prolongada curva, en la que se pasan tres puentes. El primero de ellos, que salva El Reguero –nombre del arroyo que cruza el pueblo–, fue espléndidamente fabricado con una hermosa piedra labrada de caliza griotte. Los dos puentes restantes, que salvan el Camino Real, fueron reconstruidos hace unos años, ya que los originales, de estructura metálica, se desmontaron después de abandonarse la línea. En este mismo punto, y situado al lado del camino vecinal, se encuentra un horno de cal (“caleru”, en lengua asturiana) construido por la empresa Hulleras de Riosa en 1918 con la misión de producir la cal necesaria para erigir los muros y edificios del ferrocarril.
La construcción de los muros para el sostenimiento de los puentes y el relleno depositado para soportar las vías que debían pasar de una ladera a la otra trajo consigo la separación del pueblo por un muro, dándole una fisonomía peculiar que resulta muy llamativa.
Tras dejar atrás estos puentes, la senda entra en una gran explanada, sostenida ésta por un gran e impecable muro de contención de piedra labrada, obra de auténticos maestros canteros. Asimismo, aquí, en La Estación, se puede contemplar un precioso edificio, también de caliza griotte, que prestó servicio como estación intermedia y vivienda del jefe de vías; después de una fiel restauración y su posterior adecuación interna, este inmueble pasó a albergar el actual Centro de Interpretación del Ferrocarril Minero, inaugurado en el año 1995. Desde este lugar se tiene una privilegiada vista de todo el pueblo de Loredo y sus alrededores.
Una vez abandonado este sitio, en pocos metros la senda alcanza el lugar denominado Funtilixán (este nombre parece significar “fuente de la xana”). En ella se pueden contemplar unos fascinantes musgos y líquenes, adosados éstos a una toba calcárea –una muy interesante formación geológica–, así como disfrutar de sus cristalinas y cantarinas aguas. En otros tiempos esta fuente fue utilizada por algunos vecinos de Lloreo para la limpieza del conocido como “mondongo” del cerdo, cuando tenía lugar la matanza del mismo. A pocos metros de esta fuente se encuentra una antigua cantera de caliza griotte (formación Alba, de edad carbonífera), la cual proporcionó la mayor parte del material utilizado en la construcción de los muros y edificios del ferrocarril minero. Aquí mismo se puede ver otra valiosa formación geológica, un pliegue sinclinal, una auténtica “tormenta geológica” estudiada por alumnos y profesores universitarios. Antes de dejar esta zona merece la pena dirigir la vista hacia el otro valle, el de Baíña, para observar interesantes pliegues calizos, así como un magnífico torreón del siglo XVI, que en su parte superior albergó un palomar. Tras recorrer algunos metros entre abundante vegetación, rica en avellanos y castaños, la senda alcanza el túnel nº 2, que cuenta con 221 m de longitud y desemboca en la Vega San Pedro, aldea que en tiempos pasados fue muy rica en cultivos de todo tipo y excelentes frutales. Coronando este encantador núcleo rural se encuentra el valle de Robles, que en su parte más alta limita con el concejo de Morcín. No debemos olvidar, igualmente, los impresionantes crestones de roca caliza que albergan numerosas cuevas y “averos”, los cuales sirven de cobijo para muchos de los animales que deambulan por la zona. En la falda de esta dura roca se encuentra el túnel nº 3, con 174,70 m de longitud, que permite acceder al impresionante valle de Frechura, donde finaliza esta atractiva senda y se puede saciar la sed en su rica fuente. En este maravilloso paraje muchos amantes de la escalada suelen disfrutar de las 19 vías abiertas en la muy vertical y desafiante boca del túnel nº 4.
Nota:
Algunos eventos pueden variar las fechas, contenidos o ser suspendidos sin previo aviso. Es conveniente confirmar antes de desplazarse. Página oficial del Ayuntamiento de Mieres para solicitar información adicional. Teléfono de la oficina de turismo: 985 45 05 33.
- Comarca de la Montaña Central
- Municipio de Mieres
- Fecha de inicio: 25/5/2013 (sábado)
- Fecha final: 25/5/2013 (sábado)
- La duración del evento es de: 1 día
- Hora (aproximada): 11:30:00 h
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Programa:
- 11:30 h. Salida de La Pereda (pueblo del concejo o municipio asturiano de Mieres), inicio de la Senda Verde.
- 12.30 h. Vista al Aula del Ferrocarril Minero. Reparto del “bollu preñáu” en La Estación (Lloreo/Loredo - Mieres).
- 14:00 h. Parada para comer en Frechura.
- 16:00 h. Vista al pueblo de Lloreo.
- Es aconsejable llevar linterna.
- La organización no se hace responsable de las posibles incidencias durante la marcha.
- E-mail: losaverinos@hotmail.com
- Venta de vales para “bollu” y bebida (6 €) en la antigua Estación del Ferrocarril Minero de Lloreo.
- Grado de dificultad: bajo.
- Longitud: 8 km (4 km de ida y otros tantos de vuelta).
- Recorrido: La Pereda – Lloreo – Vega San Pedro – Frechura (ida).
Se trata de una cómoda vía verde, bastante transitada, con una inapreciable pendiente y 4 km de longitud, que fue posible gracias a la iniciativa de la Asociación de Vecinos de Lloreo “La Güertiquina” y a la respuesta positiva (financiación y ejecución) que la misma tuvo en la Administración (Gobierno del Principado y Ayuntamiento de Mieres). Basándose en su gran y variado atractivo, la lloreana Asociación Cultural “Los Averinos” la promociona a través de esta Marcha anual de finales de mayo.
El primer tramo discurre por lo que antaño fue el enlace de las instalaciones mineras con los ferrocarriles Norte y Vasco-Asturiano y la playa de vías en la que se realizaban las maniobras para sacar el carbón de los cargaderos y, además, descargar los materiales necesarios para el funcionamiento de las minas y otras instalaciones relacionadas con el sector (talleres, baterías de cok, economato, sierra de madera, etc.). Hay que destacar que por aquellos años este enlace ya contaba con un tercer carril, el cual facilitaba la entrada y salida de los trenes con distinto ancho. Una vez dejado atrás este primer tramo y, después de salvar un pequeño repecho, la senda llega al lugar denominado El Costón; aquí también hubo una amplia playa vial con un doble cometido: permitir la maniobra de los trenes cargados del carbón proveniente de las minas y proceder a bascularlos. Igualmente, en esta zona nos encontramos con un holgado espacio donde poder aparcar los vehículos. Unos 490 metros más adelante está un caserío propiamente asturiano, el de La Fenosa, en el que se puede contemplar un longevo “texu” (árbol sagrado para los celtas). Poco después nos topamos con el túnel nº 1 (41,77 m de largo), que muestra una inscripción con la fecha de entrada en servicio de esta línea férrea. A pocos metros de él se halla un interesante paso elevado, singular por ser oblicuo, que presta servicio a las fincas colindantes. Estamos ya a la altura de otro caserío, conocido como El Setal. A partir de él esta vía verde se adentra en una frondosa masa forestal, con numerosas especies autóctonas. Tras recorrer unos 550 metros, se llega al lugar conocido como Los Averinos –del que toma su nombre la muy dinámica asociación cultural local, organizadora de esta exitosa Marcha–, ya en el precioso y típico pueblo asturiano de Lloreo –perteneciente al concejo de Mieres–, que acoge las principales obras de fábrica del antiguo ferrocarril minero, auténticas joyas de la arqueología industrial, la mayoría de impresionante factura. Desde aquí se tiene una privilegiada vista de parte del citado núcleo rural.
La construcción de los muros para el sostenimiento de los puentes y el relleno depositado para soportar las vías que debían pasar de una ladera a la otra trajo consigo la separación del pueblo por un muro, dándole una fisonomía peculiar que resulta muy llamativa.
Tras dejar atrás estos puentes, la senda entra en una gran explanada, sostenida ésta por un gran e impecable muro de contención de piedra labrada, obra de auténticos maestros canteros. Asimismo, aquí, en La Estación, se puede contemplar un precioso edificio, también de caliza griotte, que prestó servicio como estación intermedia y vivienda del jefe de vías; después de una fiel restauración y su posterior adecuación interna, este inmueble pasó a albergar el actual Centro de Interpretación del Ferrocarril Minero, inaugurado en el año 1995. Desde este lugar se tiene una privilegiada vista de todo el pueblo de Loredo y sus alrededores.
Nota:
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